
Pero esto se acabó, mañana 31 de diciembre, empiezo a currar con una fatal coincidencia en las previsiones, tengo cubrir las obras del nuevo incinerador del cementario municipal de Logroño. Justo mañana a la 11h, entierran en dicho campo santo a la tía de mi cuñado..., aquella a la que le dedicó la adaptación de El Verdugo, y la que tantas veces le llevó de pequeño a las funciones del Teatro Bretón...
En fin, la vida...